Sobre mi





Sobre mí:
 Me llamo Antonio García Garzón, me formé en medicina natural y acupuntura durante 5 años. En 1987 comencé a consultar aplicando estas dos milenarias técnicas. A los pocos años empecé a darme cuenta de la importancia que los aspectos psicológicos y emocionales tenían en la mayoría de los trastornos e inicié una formación en Rebirthing que daba respuesta a muchos de los problemas que consultaba. 
La combinación de las tres técnicas fue sorprendente en  resultados, pero me topaba con enfermedades de las que sólo hablar de ellas me producían miedo y mucha desazón, era el caso del cáncer, esclerosis, las incipientes enfermedades alérgicas y otras muchas que con mil nombres entraban dentro del diagnóstico de “incurables”.

 Vi como algunos conocidos llevando una vida de lo más sana y/o practicando técnicas espirituales, de control mental y otras alternativas sucumbieron a esta pandèmia con lo que aumentaba mis dudas y  mis preguntas. 
No podía creerme como Dios, el Universo, la Energía Cósmica… podía ser tan despiadado, tan cruel e implacable y que permitiesen tanto sufrimiento a su supuestamente “hijo”.

Entendía el concepto “Vix natura medicatrix” y en miles de casos había comprobado cómo con unos pequeños cambios en la alimentación, en los hábitos, en los pensamientos y con el aporte de alguna planta u oligoelemento, con la acupuntura y/o la aplicación de hidroterapia o geoterapia, las personas recuperaban en poco tiempo su bienestar salvo, algunos de los casos antes citados.

Un día de 1998 un amigo Dr. en medicina me dio un manual llamado “Leyes biológicas” que contenían unas incipientes “tablas de la Nueva Medicina Germánica”. Ellas daban respuestas a un sinfín de enfermedades que habrían surgido como consecuencia de un shock biológico y que eran respuestas biológicas inteligentes. Hablaba de que virus, bacterias y hongos colaboraban positivamente en las enfermedades y en ese punto lo aparqué en la estantería. No podía creer esta historia, llevaba 20 años combatiendo a esos microbios con remedios naturales, reforzando las defensas para impedir el ataque y ahora me vienen a decir que no hay nada que atacar, nada que defender. (Para un luchador esto era incuestionable)
 Pasaron más de 10 años hasta que de la mano de Itziar Orube empecé a entender este nuevo paradigma. Incluso tuvieron que pasar varios años más para que pudiera integrarlo en mi conciencia, mientras las viejas creencias iban perdiendo su peso “de miedo” en mí. Fueron años convulsos donde el viejo paradigma basado en la lucha, la competitividad y el miedo al enemigo de fondo se desdibujaba, mientras la visión simbiótica de la evolución y de la vida se iba reafirmando gracias a los descubrimientos que científicos, médicos y eruditos han ido aportando y que gracias a Internet, libros y conferencias hace unos años podemos alcanzar.

Ahora, siento la necesidad de compartir este conocimiento basado en el grandísimo trabajo científico descubierto y desarrollado por el Dr. Ryke Geerd Hamer porque estoy convencido de que beneficiará a quien lo reciba y al bien común.                                                                     Antonio García Garzón

2 comentarios:

  1. Me alegra que te dieras cuenta de que, realmente no hay ningún "enemigo" al que atacar, sino acompañar al cuerpito en su proceso de des-ajuste.
    Gracias por compartir. _/\_

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